por Sofía Lara.
Alumna del seminario de cine contemporáneo Mérida.
El filme dirigido por Angelina Jolie relata la historia de una familia camboyana capturada durante el régimen Pol Pot, contada a través de los ojos de Loung Ung, la segunda hija más chica de los seis que integran la familia. La directora construye un ambiente flexible en el cual retrata los aspectos crudos de las consecuencias de la guerra en la población civil, al mismo tiempo que muestra la inocencia y esperanza de los niños involucrados. Esto lo logra alternando el uso de tomas objetivas y subjetivas a lo largo de la película. Las objetivas, por una parte, se utilizan mayormente para marcar el tamaño y presencia del personaje principal en el espacio; se encargan de posicionarnos junto con Loung Ung en la situación en la cual se encuentra, mostrándonosla la mayoría de las veces empequeñecida, atemorizada y desorientada; mezclada entre un mar de niños que en generalmente comparten un sufrimiento similar al suyo. Estas tomas resultan objetivamente buenas, con una fotografía estéticamente placentera y que cumplen con los requisitos narrativos para que la historia cobre sentido. Sin embargo, lo que diferencia el estilo visual de esta película con el resto de sus similares dentro del mismo género es su uso de las tomas subjetivas. Jolie logra concebir la reminiscencia de las memorias familiares más cotidianas, introduciendo la nostalgia como una parte importante en el desarrollo de la fuerza y la voluntad del personaje.
De igual manera, utiliza los primeros y primerísimos primeros planos para enfatizar la intimidad y profundidad de cada una de las tomas, engrandeciendo los personajes mostrados en ellas para así dar a entender la importancia que éstos tienen para Loung Ung. Tal es el caso de cuando sus padres se muestran a través de estos POV: la luz natural y las reflexiones del sol les da nun aspecto etéreo y con un aura de paz, los ángulos contrapicados utilizados les añaden grandeza y sus semblantes acentúan el cariño que intercambian con su hija. Cada una de estas tomas están cargadas de significado, añaden un toque personal a todo lo que la historia cuenta y son el claro ejemplo de una narrativa a la cual no le interesa crear héroes sino retratar humanos siendo eso mismo, humanos.
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