Por Emmanuel Tatto.
La noche del 6 de agosto de 1896 es el inicio de una larga y peculiar serie de
curiosidades en nuestro país por parte de una de las más importantes novedades que el siglo XIX nos otorgó: El cine.
Aquella velada en el Castillo de Chapultepec, un exclusivo grupo de ojos liderados por el par de Porfirio Díaz, tuvieron el privilegio de presenciar la primera función de cine en México, que además, debido a la… gresca entre Alva Edison con cinematógrafo de los Hermanos Lumiere y aprovechando la buena relación de Díaz con Francia, ese día, México se convirtió en el primer país del continente en presentar dicho espectáculo.
Posteriormente, como coloquialmente se dice “el resto es historia”, excepto que, un importante pedazo de esa historia, está perdido.
Menos de un año después Yucatán sería uno de los primeros lugares de México en presentar el cinematógrafo y también de los primeros lugares en establecer espacios comerciales para su disfrute, llámense cines.
Éstos primeros esfuerzos fueron logrados principalmente gracias a la colaboración de Manuel Cirerol Sansores y Carlos Martínez Arredondo, mejor conocidos como Cirmar Films, la que podríamos considerar la primera distribuidora y casa productora del estado así como una de las primeras del país.
Este dúo de visionarios se embarcaron a hacer una serie de ensayos cinematográficos que los pondría en la vanguardia y la postre en la historia del cine nacional, ya que el 27 de julio de 1916 estrenarían la película considerada el primer largometraje de ficción de la historia del país.
1810 o Los Libertadores de México fue el título de la obra estrenada en el Teatro José Peón Contreras en la Ciudad de Mérida y que posteriormente culminaría su éxito al ser presentada en el Teatro Hidalgo de la Ciudad de México y otros recintos del país.
Fue tanto el éxito que se cuenta que los promotores se peleaban la oportunidad de reestrenar la película e incluso desplazaban funciones de otros países con tal de tenerla en cartelera. Críticos nacionales y estadounidenses alababan la obra.
Ahora, cuando hablamos del primer largometraje de ficción o narrativa en México tenemos que hacer énfasis en ese rubro. Recordemos que el cine en sus inicios se usó como un registro documental de ciertas actividades por lo que previo a 1810 o Los Libertadores de México, los ensayos, experimentos, cortometrajes y un par de largometrajes documentales ya existían.
Y por otro lado, Cirmar Films no fueron los únicos a los que se les prendió la bombilla y es aquí donde inicia la posible tragedia de los yucatecos, total, ¿qué buena historia mexicana no tendría tintes de injusticia y malos entendidos?.
Un año después al estreno, en 1917, otra película de nombre La luz, tríptico de la vida moderna dirigida por Manuel de la Bandera hizo su aparición en las salas mexicanas.
Este largometraje, con mayor atención, distribución y comercialización obtuvo fácilmente la atención del público y los críticos dejando brevemente a un lado el trabajo de Cirmar Films y a la larga, quedándose con el título oficial de ser el primer largometraje de ficción mexicano y casi dejando en el olvido aquella película yucateca durante décadas.
La confusión, al igual que la historia de la humanidad, recae en quién la cuenta y en este caso existe -aún- el debate entre autores e investigadores sobre cuál de las películas llegó primero. Sin embargo, con el paso de los años, el reconocimiento va regresando a manos de los yucatecos debido a nuevos textos de investigación que muestran evidencias claras de la anterioridad de su obra, eso sin mencionar que el trabajo de Manuel de la Bandera se trata de un remake de otra película italiana -si, desde hace cien años hacemos remakes- llamada Il Fouco lo cual le daría a Cirmar Films la ligera ventaja de la originalidad.
Eventualmente, el tiempo parece haber tomado su propia resolución salomónica al debate, ya que ambas películas resultaron extraviadas por completo, sin dejar una sola copia resguardada para la posteridad, es decir, casi podemos asegurar que no hay nadie con vida que pueda presumir haber visto las primeras obras cinematográficas de ficción del país, creando un hueco histórico y dejándonos a la imaginación lo que aquellas historias alguna vez narraron.
Si estás interesado en leer más sobre el tema, te dejo tres fuentes que te pueden servir para continuar investigando. ¡Ah! y si algún día estás limpiando el closet de algún abuelo o desmantelando una sala de cine y te encuentras con una lata o etiqueta con alguno de los nombres aquí escritos, no dudes en llamar a tu filmoteca o acervo cultural de confianza.
Adicionalmente y como dato curioso, puedes visitar los perfiles IMDB de Manuel Cirerol Sansores y Carlos Martínez Arredondo en donde son acreditados en 1916 por 1810 o Los Libertadores de México.
https://www.imdb.com/name/nm0554802/
https://www.imdb.com/name/nm1498787/?ref_=tt_ov_st_sm
Fuentes:
El Cine Yucateco, libro de Gabriel Ramírez
Revista del Cinema, se puede consultar en la Biblioteca Yucatanense
Gonzalo Navarrete Muñoz, textos sobre la historia de Mérida, Mérida de Yucatán
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