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Noche de Fuego: cine, mujeres y violencia por Tatiana Huezo

Por Miguel Ángel Galán

¿Cómo representar la ternura y la barbarie de la realidad violenta de México sin caer en clichés o violencia gráfica? Este complejo reto es abordado por Tatiana Huezo en su más reciente película Noche de Fuego (2021), y en esta entrada de #BlogCIBEF desmenuzamos los hilos finos que la directora teje para crear esta historia de niñas guerreras, montañas y violencia.

En un patio de tierra en medio del monte, una mamá y su hija cavan desesperadamente con sus manos, cuando el hoyo es suficientemente grande la madre ordena: “métete”. Así es como el espectador entra a la historia de tres amigas que, en el paso de la infancia a la adolescencia, descubren la lealtad y la amistad en un ambiente de pobreza, explotación minera, miedo y violencia criminal.

Noche de Fuego (2021), adaptación de la novela de Jennifer Clement, “Ladydi”, es el primer trabajo de Tatiana Huezo en el cine de ficción. Anteriormente dedicó su carrera al documental donde retrató historias alrededor de problemas sociales: en El Lugar Más Pequeño (2011) aborda la guerra civil de El Salvador, y en Tempestad (2016), cuenta dos historias donde sobre desaparición de personas y el fallido sistema de justicia de México.
Todo ello hizo de Noche de Fuego un proyecto titánico, pues señala que rodar una ficción fue un proyecto nuevo y más ambicioso que requirió de tres años de preparación, tres meses de trabajo con las niñas actrices (las cuales no tenían experiencia en actuación) y nueve semanas de rodaje en un lugar en medio de la sierra y en completa incomunicación.

Por ello te traemos los puntos clave para construir Noche de Fuego, y cual fue el papel de la influencia documentalista de la directora, su experiencia con temas de violencia criminal, y la forma de retratar dos caras contradictorias de una misma realidad: una cara violenta y bárbara, y otra donde la amistad y la inocencia son las armas las armas con las que tres niñas buscan sobrevivir.

Huir de lo gráfico: la violencia latente

Recuperado de https://www.vogue.mx/estilo-de-vida/articulo/noche-de-fuego-pelicula-en-netflix-sinopsis-reparto-donde-verla

La violencia criminal y contra las mujeres está presente en toda la obra de Tatiana Huezo, en Noche de Fuego se presenta de muchas formas: la pobreza y la necesidad de emplearse en la minería o el cultivo de amapola; el terror y la tensión cotidiana de los asesinatos, las balaceras y el secuestro de mujeres; y el desamparo social, la necesidad de autodefenderse como pueblo y el desplazamiento forzado.
Para representarla en sus obras la directora ha huído de lo explícito y “de lo gráfico, de representar literalmente los eventos o las atmósferas violentas”, como señala en una entrevista para Netflix. En esta película la violencia es un “monstruo al que no vemos, que está ahí, que está latente, que lo envuelve todo”, y que al mismo tiempo no podemos identificar plenamente: puede venir de la mina, de los militares o de los narcos. En palabras de Tatiana, “tiene varias caras y a la vez ninguna con mucha claridad”.

Una técnica que contribuye a expresar la tensión y el miedo permanente de los personajes a la violencia y la muerte es la cámara en mano, la cual proyecta, en toda la película, una sensación de urgencia, vértigo y confusión. Como señala la directora, necesitaba “una cámara que latiera, una cámara con un pulso, que respirara, que latiera con la misma energía que las niñas”. 

Sin embargo, la latencia se expresa de manera especial en el abordaje del rapto de niñas, pues en lugar de ver escenas de secuestro o asesinatos, vemos, como señala Fernanda Solórzano, la tristeza y el dolor de las protagonistas de esconderse en hoyos en la tierra cuando ven llegar camionetas al pueblo, o aceptar que sus madres debían cortarles el cabello como niños, sin entender exactamente porqué.

Construir personajes sin clichés: complejidades, claroscuros y no revictimización

Los personajes de Noche de Fuego están atravesados por el miedo y la tensión que les provoca la violencia que viven, lo que marca las formas que cada uno tiene de enfrentar dicha situación. Para ello, los personajes fueron construidos de manera no idealizada, es decir con claroscursos, complejidades, defectos y debilidades. 

Sin embargo, lo que sobresale en la construcción de los personajes, en particular las protagonistas, es que no se les revictimiza pues la historia se sustenta en sus cualidades de fortaleza, lealtad e inocencia, antes que en su sufrimiento o en su muerte.

Tatiana Huezo tenía claro que sus personajes no estarían definidos totalmente para no empobrecerlos. Así vemos como niños varones, una vez convertidos en jóvenes, tantean el terreno de la criminalidad, terminando por ceder al dolor de ver cómo aquello que buscaban les arrebata a su propia familia. Por otro lado vemos a Rita, una madre endurecida por la necesidad de criar sola a su hija y de protegerla del rapto con formas profundamente dolorosas para ella como cortarle el cabello, esconderla en hoyos en la tierra o encarar a los propios criminales. Sin embargo, Rita también se muestra compleja y humana al externar el cansancio emocional y físico que conlleva semejante situación, bebiendo sola en su casa.

Las protagonistas son tres niñas que pasan de la infancia a la adolescencia: Ana (Ana Cristina Ordoñez y Mayra Membrillo), María (Blanca Itzel Pérez y Giselle Barrera Sánchez) y Paula (Camila Gaal y Alejandra Camacho). En esa transición se acompañan para soportar el miedo y la tensión de su entorno, y la duda, sorpresa e incertidumbre de los cambios físicos que experimentan.
Ellas son lo que Tatiana Huezo llama “niñas-semilla”. Se trata de niñas guerreras, rebeldes y contestatarias, que aprenden en la escuela y cuestionan en su entorno, que se apoyan mutuamente, y que se sostienen y consuelan cuando sus cuerpos cambian. Contrario a películas donde la tragedia social es la base de la historia, en Noche de Fuego las niñas-semilla van a ser mujeres que incidirán en su realidad.

Conclusiones

Repasemos el palmarés de Noche de Fuego: una ovación de diez minutos y la mención honorífica “Una cierta mirada” en el Festival de Cannes, tres premios en el Festival de San Sebastián, el VII premio AECID de Cooperación Española, el premio Otra Mirada de RTVE y el Premio del Jurado del Festival Internacional de Cine de Pingyao, China. Todos ellos son logros importantes consecuencia de una forma particular y profunda de hacer películas.
Con Tatiana Huezo comprendemos que construir películas sobre contextos violentos, alejándose de lugares comunes, es un reto para cualquier cineasta que busque representaciones más completas. En Noche de Fuego vemos algunas claves importantes para lograrlo: desde la manera de “retratar” la violencia sin presentarla gráficamente (cuestión en la que el sonido juega un papel importante), hasta la construcción de los personajes. En sus palabras, es una película que se aleja de los números para poner rostro a las víctimas.

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