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Wes Anderson y su cinturón de asteroides

Juan Eduardo Mateos Flores

Trailer de Asteroid City, Wes Anderson, 2023.

Después de mucho meditarlo creo que no hay mejor forma de empezar esta reseña más que de la siguiente manera.

Al salir de ver Asteroid City (2023), la última película de Wes Anderson, me encontré con un conocido. Él iba llegando con su acompañante para entrar a la siguiente función. Sorprendido de verme ahí y al enterarse de que yo salía de la sala precisamente de verla, me preguntó qué me había parecido. Palabras más, palabras menos lo que le dije fue: Sabes que estás viendo a Wes Anderson, pero siento que, pesar de tener todos los elementos que suelen componer sus tramas, la historia está rara.

No supe decirle en ese momento por qué me lo parecía, pero ya con el mar enfrente, después de meditar la película, me dio la sensación de que algo pasaba con la historia pues, aunque sí maneja en los personajes vínculos profundos, por alguna extraña razón no me terminaba de hacer click emocionalmente. Sí, con esto no quiero decir que Asteroid City no es por muchos momentos encantadora, porque lo es, además por muchos momentos es irónicamente divertida como en Isle of Dogs (2018) o en The French Dispatch (2021), pero hasta ahí: me dejó la sensación de haber disfrutado de algo visualmente atractivo pero que, a diferencia de sus otras películas, siento que esta obliga a tener ciertas referencias muy específicas para poder terminarla de disfrutar. 

Por supuesto que como en las últimas películas de Anderson, en Asteroid City(2023) veremos desfilar esos hombres torpes y despreocupados que suelen ser muchos de sus personajes; habrá también una trama respaldada por un romance; su estilo en la estética: tomas simétricas que sólo se interrumpen cuando hay dos personajes que charlan, sus planos secuenciales, las ventanas y los planos cenitales, y sobre todo sus ya reconocidos y peculiares tonos pasteles.

No sorprende para nada la calidad y cantidad del elenco reunido para esta película. A lo largo de los años, Wes Anderson, ha logrado su propia consolidación, y esto ahora, le permite manejar una gran cantidad de estrellas y hacer con ellos lo que se le da la gana. En este caso no fue la excepción: En Asteroid City(2023) disuelve el ego de grandes estrellas y las transforma para incorporarlas a una suerte de argucia coral: grandes personalidades uniéndose a la sinergia total de una obra que recrea una ciudad ficticia —inventada por ese ficticio Conrad Earp que es Edward Norton y narrada por esa voz misteriosa que es Bryan Cranston— y que es pues, dentro de ese sistema solar de grandes personalidades, su propio cinturón de asteroides.

Ahí podremos ver a Tilda Swinton como guía de un centro científico, a William Defoe asesorar el casting de una obra, a Margot Robbie como actriz fugaz en la obra teatral, Mat Dillon como un mecánico de dos opciones y a la hija de Uma Thurman, Maya Hawke, como una especie de institutriz que recrea ficciones; a los músicos Jarvis Cocker y Seu Jorge como dos cowboys que se tiran balazos; a Adrien Brody como director de teatro, sin dejar de mencionar al mismo Tom Hanks como un suegro rudo y a Scarlett Johanson como una especie de actriz icónica y deprimida.

De qué va Asteroid City

Póster alternativo de Asteroid City realizado por Jack Niles.

En un pueblo desértico, muy parecido al de El Coyote y el Correcaminos, está por consolidarse un encuentro de niños genios a los que el ejército les reconocerá su talento. Dicho pueblo celebra, gracias a la milicia del país, El Día del Asteroide por el impacto de uno de ellos hace tiempo, el cual se volvió un gran acontecimiento. Hasta ahí llega una familia aparentemente disfuncional, otro rasgo común en el cine de Anderson: Augie, un padre, (Jason Schwartzman) sus tres hijas divertidísimas y shakesperianas (bruja, hada, vampira) y su otro hijo, genio, bautizado por su madre como “Cerebro” y que es el motivo por el que la familia se encuentra allí.

Veremos entonces que dicha familia, o más bien Augie, tiene un dilema al conversar con el abuelo de ellos, Stanley, (el mismísimo Tom Hanks) que no dudará en hacerle notar el poco aprecio que le tiene como yerno. Además del enojo mismo de estos padres rudos que suelen desvincularse por completo cuando la hija no se alinea a los deseos personales del patriarca. Pues, ¿qué padre millonario querría que su hija viviera con un fotógrafo de guerra? Lo cierto es que esta relación poco se profundiza. No se explica ni cómo ni cuándo llegaron a eso, pero la madre ha muerto recientemente y los niños no lo saben, pero terminarán sabiéndolo y tomándolo al final de cuentas con ligero y ateo divertimento. Gracias a ello será posible que tanto el mismo Augie como su hijo terminen creando, respectivamente, un pequeño vínculo con Midge Campbell (Scarlett Johanson) y su hija.

Justo de ese tono estará impregnada la película. Los dramas de los personajes contados con igual desenfado, inclusive cuando de repente, un alien (Jeff Goldblum) desciende en plena celebración del “Día del Asteroide” y se lleva un pedazo de roca estelar, misma que le da sentido al lugar donde sucede el encuentro de niños genios, y que los terminará obligando a convivir en una especie de cuarentena.

Asteroid City, Anderson y la cultura pop

Algo muy peculiar de los estadunidenses es que sus referencias siempre son sobre la cultura de masas que ellos mismos han construido, durante el siglo XX y lo que va del XXI, todos los días y desde hace varias décadas, gracias a los millones de dólares invertidos en las industrias que los sustentan. Hacen chistes sobre personas que sólo ellos conocen o de comediantes o personajes de televisión que sólo ellos creen relevantes y, que, debido a su propio poderío industrial, los ponen hasta en la sopa para volverlos “universales”.  

Ejemplos sobran: pienso en series de TV muy vistas y dotadas del humor gringo como Seinfeld y su chiste sobre el nazi en la sopa, basado en un personaje local neoyorquino, o en Friends cuando los personajes están dialogando en unos sillones y hacen una lista de cinco superestrellas con las que se permitirían ser infieles.

Otro rasgo importante que me parece Anderson aborda sutilmente en Asteroid City (2023), y en esta ficción que es sobre el país que lo vio crecer, es toda esa parafernalia que rodea su comitiva militar. Son, pues, un pueblo bélico, pero también dicha milicia financia la investigación y la educación: Otorgar medallas, inventar becas y movilizar el foco de atención a a un pueblo desértico son cosas que los gringos, culturalmente, saben hacer muy bien. Quizás tiene que ver con ese borrado de su historia precolombina, y su exigua relación con los nativos: de ahí que les encante crear este tipo de festivales y días especiales para que pueblos desérticos ficticios como en los que sucede la película, tengan visitantes.

Y creo que, justo ese modo de ver el mundo, muy norteamericano, se termina consolidando cuando Anderson no escapa a la fascinación gringa de los cineastas de poner la bandera de las barras y las estrellas, por lo menos una vez, en toda la extensión de la pantalla. Y por eso creo que Asteroid City (2023), más allá de su avasallante estilo visual, es un retrato fidedigno de cómo un país construye una forma de mirar el mundo para los suyos.

El Sci-fi de Wes Anderson

Por último, así como ha explorado la animación, el periodismo, el teatro, Anderson nos hace esta vez coquetear con la ciencia ficción. Ver su película es como ir en una nave espacial parecida a la del submarino de ricos que hace unas semanas colapsó por la presión del fondo marino. Lo bueno de la fantasía y la ficción, es que estas, a diferencia de ese mundo que llamamos realidad, te permiten sortear este tipo de aventuras extravagantes y salir airoso gracias a la imaginación.

Para los enterados del sistema solar, sabemos que donde habita nuestro planeta se encuentra un cinturón de asteroides. Las turbulencias del estilo andersoniano llevado al límite son como ese cinturón que termina por embestir la nave por la que nuestro extravagante director nos lleva y la cual se libra gracias a la visualidad de éste. Posiblemente Anderson no corra la misma suerte la próxima vez.

Aunque se cuenta que la fantasía es el don de la juventud eterna, lo cierto es que para mucha gente no se puede ser joven ni ser el mismo Wes Anderson para siempre.

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