Reseñas cinematográficas de la película, The remains of the day de James Ivory. 1993. Elaboradas por los alumnos del diplomado en producción cinematográfica CIBEF.
Lo que queda del día (The Remains is the day, 1993)
Por Misty
Bajo la dirección de James Ivory, (adaptada de la novela de Kasuo Ishiguro por Ruth Prawer Jhabvala) “Lo que queda del día” relata los recuerdos de nuestro protagonista, Stevens, Anthony Hopkins, que siempre ha sido fiel a su puesto de mayordomo en la mansión de Darlington Hall, mientras realiza lo que sería su único viaje, buscando reencontrarse con la que fue el ama de llaves, la Señorita Kentron, Emma Thompson, y por quien siempre mantuvo sentimientos reprimidos. Stevens es un personaje que aparenta frialdad, su personalidad es casi imperceptible, sólo destaca su apego
a su trabajo y su habilidad de esconder lo que siente. Al contrario, La Señorita Kenton despide tanto dulzura como tristeza, es firme a sus ideales porque está abierta a sentir; es casi como si, a ratos, supiéramos lo que Stevens experimenta en su interior, debido a la presión de la Srita. Kenton, siendo ella la única que casi, sólo casi, logra doblegarlo. Ambos denotan melancolía desde polos opuestos, y el trabajo de Hopkins es entrañable porque logra lo irónico: que un personaje inconmovible pueda conmover.
También es destacable la fotografía de Tony Pierce-Roberts y el diseño de producción de Luciana Arrighi, pues te transportan a dos épocas distintas y desconocidas, y hacen que la mansión de Darlington Hall sea un lugar memorable, así como todo lo que en ella sucede, desde los encuentros de hombres poderosos en tiempos de guerra y el torpe entrometimiento del Lord Darlington, James Fox, con los nazis, hasta los pasajes más íntimos de la vida de Stevens, como la muerte de su padre o su silencioso amor por Kenton. Aunque superficialmente pueda parecer un filme lento o tal vez, muy sobrio, son estas características las que ayudan a enaltecer la imperante nostalgia de la historia, que, a pesar de todo, logra su cometido al dejar al espectador con una sensación insaciable, el terrible descubrimiento de que el tiempo ha pasado y no puede recuperarse.
RESEÑA DE EMILIANO AGGELER
La historia del deber de Ishiguro hace que el mayordomo de carrera, el Sr.Stevens, se prepare para conocer a la señorita Kenton. No se han visto en 15 años y una vez tuvieron una pequeña historia de amor. Mientras viaja para encontrarse con ella, recuerda toda una vida en un servicio
silencioso y honorable.
Empezando por los detalles siento que las piezas destinadas en la producción para recrear esa época carecen de realidad, se sienten muy falsas e incluso abrumado. Cuando empecé a ver la película no sabía que estaba por ver, pero me terminó impresionando de inicio a final. El mencionar que esta es una película de romance es una completa falacia, pero si hablamos de que es una película de política durante la segunda guerra mundial también lo es, para poder explicar la trama de la
película se necesita ver la película, porque aunque esos temas sean parte importantísima de la trama, todo se enfoca en la vida del Sr. Stevens. Esta película relata la labor de un mayordomo tan comprometido que incluso con su padre falleciendo el sigue completamente centrado en hacer bien su
trabajo, eso puede ser aburrido para muchos o incluso tedioso, pero siempre hay algo que te va sumando a la trama e incluso manteniéndote entretenido y la verdadera razón por la que funciona es por la IMPECABLE y PERFECTA actuación de Anthony Hopkins el cual se terminaría llevando el óscar a mejor actor y en lo personal, completamente merecido.
Hopkins es el amo y señor del filme, su actuación y los diálogos perfectos hacen de este algo sublime. Al inicio puede ser frustrante verlo siempre con una cara valiente y enterrando sus emociones, pero una vez que entiendes su carácter y conforme avanza la trama, es formidable. Al momento de decir que su actuación es IMPECABLE, me quedo corto.
La escena en la que la señorita Kenton lo confronta sobre el libro que está leyendo en silencio es hermosa, verdaderamente hermosa, revelando su cercanía y la profundidad del corazón de Stevens. Thompson también es excelente en su papel, pero no tiene tanto tiempo frente a la pantalla como Hopkins. Fox,
Reeves y Chaplin son excelentes en sus respectivos roles, aunque nadie iguala a al actor galés. Si la película tiene una debilidad es que no juzga a los ricos, incluso a los simpatizantes nazis, los hace parecer seres inmaculados, pero aunque es un gran defecto no afecta a la trama del filme.
Toda montaña rusa tanto como sube, baja, esto significa que como el clímax de la película es brutal, no existe forma alguna de tener un cierre perfecto y así pasa con este filme.
Cuando vi el poster de la película no me espere una cosa tan alucinante como esta, es bellísima. El único consejo que tengo para esta película es que debes sentarte y disfrutar del filme. Te garantizo que Hopkins te conmoverá profundamente. El mensaje bastante es claro y trata de “aprovechar el día” y este se cuenta bellamente en un rico tapiz de la vida de un hombre.
RESEÑA DE EMMANUEL FLORES
Lo que queda del día de James Ivory es una película que narra la historia de Steven un mayordomo que ante todo guarda siempre compostura y recato ante cualquier situación. Esto nos lleva a profundizar más acerca del personaje, sus conflictos y sus intereses.
Steven es un hombre que a sido domesticado para aceptar las órdenes de sus superiores, ignorando cualquier situación que moralmente o socialmente puedan no ser los más óptimos a la opinión pública, inhibiendo incluso sus sentimientos ante ello. Es ahí, donde el espectador puede plantearse la capacidad de los seres humanos por acoplarse, moldearse a un sistema que sirve a otros seres humanos y las consecuencias que dicho orden puede tener para uno mismo. Observamos que el personaje va teniendo momentos críticos en dónde sabe manejarse personalmente, ya sea la muerte de un familiar, la intolerancia racial, el ser objeto de burla o
la pérdida del amor de su vida. Y es que ese es uno de los más grandes problemas que enfrenta Steven en la película, enfrentarse a tener que aplacar sus sentimientos, su corazón.
¿Qué hacer ante la oportunidad de enamorarnos y no poder regocijarse en aquel amor por mantener el honor y el decoro? Steven nos da la respuesta en su búsqueda por aquel amor a través de un viaje en dónde también recuerda momentos de su servicio y quizá en realidad esos recuerdos tengan que ver con el cómo las situaciones lo influenciaron en
algunos momentos a tomar decisiones equivocadas para su persona, más no para los demás. Esto nos enseña aprender y a plantearnos realmente que tan necesario es ser condescendiente para los demás ya que el callarnos sentimientos emergidos de situaciones pueden llevarnos al olvido personal, al grado de convertirse en algo mental. Considero que cuando el estadounidense le pregunta a Steven que si recuerda lo que dijo en aquel salón ante aquellos aristócratas y Steven no logra recordarlo, me parece que allí hay dos posibilidades. Una de ellas es el respeto que siempre ha tenido Steven a sus superiores, pero por otra parte puede significar el olvido en la máxima expresión de la palabra, el olvido producido por haberse acoplado a un orden que moldeo todo su ser, provocando no recordar con exactitud los momentos en que se necesitó que se expresara,
en que los demás requerían escuchar su propia opinión. Sin duda lo que queda del día nos transporta por medio de la fotografía, la escenografía y
vestuario a aquella época tan marcada por la desigualdad y el prepotencia de la clase alta, nos hace sentir la frialdad pero a la vez nos acerca a la cotidianidad de un alto personaje, a pesar de que la trama se puede sentir lenta, es un gran ejemplo para visualizar los quehaceres y deberes que realiza un mayordomo.
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